martes, 17 de junio de 2008

Absurdos de la Asamblea

Acabo de leer los artículos de la sección del Trabajo, ya aprobados por los Asambleístas y lamento reconocer que resaltan alarmantemente la ignorancia, el cortoplacismo y la temeridad de estos nuevos padres de la Patria. Punto por punto incurren en vaciedades sin contenido, declaraciones de buena voluntad, absurdos inaplicables y obligaciones y prohibiciones que INEVITABLEMENTE llevarán al desempleo.
Vamos a analizar, de momento, una de ellas particularmente llamativa:
EL SALARIO DIGNO Y EL SALARIO BASICO.
Expongamos los textos aprobados por los constituyentes acerca de este tema:
Art. 5 Remuneraciones, indemnizaciones y utilidades.- La remuneración será justa, con un salario digno que cubra al menos las necesidades básicas del trabajador, así como las de su familia…
…El Estado fijará y revisará anualmente el salario básico establecido en la ley, de aplicación general y obligatoria.”
“TRANSITORIA 1: La revisión anual del salario básico se hará con el principio de progresividad, hasta llegar al salario digno a que se refiere el artículo 5 de la Sección del trabajo de esta Constitución.
El salario digno tenderá a ser equivalente al costo de la canasta familiar.”
A simple vista, como declaración de intenciones parecen textos inofensivos y maravillosos, pero analicemos el asunto de una manera aséptica:
¿Cómo es posible DECRETAR POR LEY que el salario de un trabajador debe cubrir las necesidades de éste y de su familia? Si nos apegásemos a esta afirmación, el sueldo de cada trabajador se determinaría por el tamaño de su familia sin importar su productividad. Se producirían incongruencias como que, por el mismo trabajo, se le tendría que pagar más a un trabajador con 5 hijos que a uno sin hijos, sólo por el hecho de tener más descendencia. Y esto por decreto. Si este principio se llegara a aplicar, las Empresas contratarían, básicamente, a trabajadores SOLTEROS SIN DESCENDENCIA, y los padres de familias numerosas, precisamente los más necesitados en encontrar fuentes de ingresos con las que mantener el producto de su “fertilidad”, serían siempre los últimos en obtener empleo. ABSURDO.
El tema de la TRANSITORIA 1, supongo que intentando enmendar la extraña propuesta del Artículo 5 de pago por tamaño de familia, indican que este salario digno atado a las necesidades básicas del trabajador y no a su productividad, “tenderá a ser equivalente al costo de la canasta familiar”. Esto ya es el colmo de los despropósitos: que la Ley suprema del Estado indique que el salario básico, es decir, el mínimo que se le puede pagar a un trabajador, haga el trabajo que haga, se ate a un concepto tan volátil e indefinible como la “canasta familiar” roza en lo demencial. Parafraseando al Presidente: “Ni los 3 chiflados asesorados por el pájaro loco” lo podrían haber redactado peor que los Honorables Asambleístas. Me explico:
Todos somos testigos de lo cambiante que es la famosa “canasta familiar”. Prácticamente sube todos los días, y, reconocido por el propio Presidente, está sometida a fuerzas incontrolables como las de la madre naturaleza (cuando hay inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, se producen circunstancias que encarecen la famosa canasta), en épocas de abundancia, sin embargo, se caen los precios y se reduce el valor de la misma. Se plantea, por tanto, un primer problema: como la revisión del gobierno es “ANUAL”, ¿deberá el Gobierno utilizar, para calcular el salario básico, el valor de la canasta del día en que hace la revisión? ¿Un promedio de los 365 días anteriores? ¿Una estimación a futuro?
El segundo problema, aunque en realidad es el primero, estriba en cómo calcular el valor de la bendita canasta. ¿Qué productos debemos incluir? El pan (¿cuál?: ¿el integral, el de molde, la baguette, el pancito de dulce, el guagua de pan…?, ¿y, de estos, cuanto?: ¿Uno al día, uno a la semana, 3, uno por cada comida…?), la leche (la descremada, la deslactosada, la entera, la vitaminizada, la leche en polvo...?¿Un litro al día?, ¿Un vaso?), la carne de res (¿pulpa prieta, lomo fino, carrillera, vísceras?), la vestimenta (¿pantalones tipo blue jeans o tela gabardina? ¿Lencería fina o grueso calzón de lana?, ¿zapato de cuero o tenis?) y así podremos seguir hasta la eternidad. Tratar de medir la economía tomando en cuenta tan sólo unos pocos productos siempre resultará inconveniente.
Pongamos un ejemplo sencillo que ilustre posibles consecuencias de estos textos:
El Gobierno estima el valor de la canasta familiar en $300 y, cumpliendo con el mandato de la constitución, decide imponer dicha cifra como nuevo salario básico, poniendo en $250 el salario para empleadas domésticas. Pedro Javier y María Fernanda son los orgullosos padres de Pedrito y Mafercita. Entre los dos, gracias a su preparación, tienen un ingreso familiar de $1000/mes (Pedro gana $600 y Mafer $400). No les alcanza para mucho, pero si lo suficiente para tener a Juanita, una mujer de campo, madre soltera de 3 hijos (la pobre pensó que teniéndolos iba a retener a sus tres maridos pero todos se largaron tan pronto como descubrieron los embarazos). No sabe hacer mucho, pero se esfuerza en limpiar bien y cuida de los bebitos hasta que Mafer llega a las 18h00 del trabajo, para ganarse el sueldo de $180/mes trabajando puertas afuera en la casa de Pedro y Mafer. Adicionalmente, “cachuelea” por 2 horas diarias planchando en la tarde noche, y gana con esto $50 dólares más al mes.
“El Presi me ha subido el Sueldo, que bueno que voté por él”, piensa Juanita. La realidad es que los $70 dólares adicionales que les costaría el sueldo de Juanita, no les alcanza A Mafer y Pedro Javier, y con mucho pesar, la tienen que dejar ir. Ella se ofrece a trabajar por menos sueldo, o que al menos le permitan venir unas horas a cuidar a los bebes, pagándole sólo el equivalente, pero Pedro y Mafer, como buenos Socialistas del Siglo XXI entienden que eso sería ilegal al fomentar el subempleo. La única solución es dejarla ir. Lastimosamente, también ha perdido el trabajo de planchadora por horas
Adicionalmente a la pérdida de empleo de Juanita, que será compensada seguro con una subida generosa del “bono solidario”, Mafer y Pedro están agotados. Han tenido que pedir a la mamá de Mafer que venga a ayudarles con los bebes, y tienen que utilizar sus horas de descanso en limpiar la casa, planchar, lavar y hacer todo lo que antes hacía Juanita. Su rendimiento en el trabajo no tarda en notarse y ya les han llamado la atención. Pedro le ha pedido a Mafer que deje su trabajo y atienda a los niños y la casa… A ambos, además, les van a reemplazar en sus trabajos por un joven gay sin hijos y una señora estéril para que sus empleadores puedan ahorrarse el tener que pagar más porque en breve se empezará a evaluar el salario en base a cuantos hijos tengas…
Parece una historia simplista, pero, desgraciadamente, el absurdo de lo YA APROBADO por la Asamblea de los Alzamanos, es así de triste. Puse deliberadamente el ejemplo de una familia con empleada doméstica para evitar la falacia en la que normalmente caen los “bienintencionados” políticos de pensar que la subida de sueldo se cubre recortando los beneficios de los codiciosos empresarios. Eliminando la figura distorsionadora del “malvado” empresario del ejemplo, creo que se ilustra mejor la estupidez de la ley.
La realidad sobre el salario básico es esta:
El Ecuador tiene un salario básico demasiado alto, superior al de países como España. Me dirán que estoy loco, pero se trata de una estadística incuestionable:
España tiene una ley de salario básico que lo establece en 600 euros/mes ($942/mes aprox.) con 14 retribuciones al año. Eso equivale a $13,188/año. En ecuador es de $200/mes x 14 retribuciones al año = $2,800/año. Me dirán, El salario básico en España es 4,71 veces más alto que el Ecuatoriano, ¿Cómo puede Ud. decir entonces que el Ecuatoriano es mayor? Muy sencillo. El Producto Interior Bruto de España, es decir, lo que produce el país en un año, su verdadera riqueza y no sus recursos naturales…, es de $1,438,959 millones de dólares, mientras que Ecuador produce (petróleo incluído) $44,402 millones. Esto resulta, al dividirlo por el número de habitantes, en una Renta per cápita (PIB/habitante) de $3,229/año para cada Ecuatoriano, $32,066/año para los Españoles. El Salario básico español corresponde por tanto a un 41% de la renta per cápita ($13,188/$32,066) mientras que en Ecuador es el 87%. De ahí que afirme con rotundidad que es mucho más alto.
El Gobierno de la revolución ciudadana, y su apéndice llamado Asamblea, no parecen entender que lo verdaderamente importante para el progreso de los pueblos, es crear el entorno para generar riqueza produciendo más y mejor, y no dedicarse a intentar repartir, por decreto y sin criterios técnicos fiables, la miseria existente. Si no producimos más, no habrá nada para repartir.
En próximas ocasiones seguiremos analizando, lo ya aprobado por la Asamblea

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