martes, 5 de mayo de 2009

ENAJENACIONES DE UN ASAMBLEÍSTA ELECTO

La barba guevarista se perdió, la memez no...
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¿Quien no recuerda aquellas declaraciones del, por entonces Ministro, “Nando” Con-CEJAL Bustamante, junto a Tavo “Doble Cédula” Larrea, afirmando que la delincuencia en Guayaquil era una simple percepción, poco menos que un invento de la Prensa Corrupta? ¿O aquellas, no menos ingeniosas, dónde proclamaba que los bancos nos robaban con cada uso del cajero automático (olvidando que esos cajeros son un servicio a disposición de quien voluntariamente quiera usarlo)?

Debo reconocer que mientras fue Ministro tuve cierta condescendencia con el personaje a quien consideraba un hombre de libros, incómodamente encorsetado en el papel ejecutivo al frente de Ministerios complejos que exigían un regate de cintura y un saber hacer político nada sencillos, molestosos, difícilmente compatibles con el espíritu reservado y cerebral de un analista pedagógico.

La vida pública del, hasta no hace tanto tiempo, respetado académico, Sociólogo, Profesor e INVESTIGADOR, de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Universidad San Francisco de Quito, se ha encargado de darnos a conocer la faceta más delirante y disparatada de este “intelectual” progre y fecundo. Su aspecto desaliñado, sus exageradas muecas bucales, su inocultable y densamente poblada cejijuntez, son valores en alza en un mundo político, sesgado hacia el freakismo, dominado por el efecto mediático audiovisual, donde el continente, gracias a su capacidad adhesiva en la melosa retina del votante promedio, vale mucho más que cualquier contenido.

No puedo decir que me sorprendan, entonces, las últimas declaraciones del posiblemente electo asambleísta en la entrevista que mantuvo con Jorge Ortiz este lunes 4 de Abril (ver video):

BUSTAMANTE : "Esto es lo que la investigación histórica ha demostrado, la historia económica: lo fascinante es que LOS MERCADOS NO SURGEN ESPONTÁNEAMENTE, son instituciones CREADAS Y FOMENTADAS POR LOS ESTADOS, son instituciones de interés público. Lo que, a veces, los defensores del libre mercado no entienden es que, PARA QUE HAYA MERCADOS LIBRES SE NECESITA UNA FUERTÍSIMA PRESENCIA ESTATAL. Y es más, si vamos HISTÓRICAMENTE CÓMO HAN SURGIDO, lo fascinante, es que han sido CREACIONES PENSADAS Y DISEÑADAS POR LOS ESTADOS. Estoy hablando de los Estados, SIGLOS ATRÁS CUANDO SE INVENTÓ EL MERCADO. Pero AHORA SABEMOS QUE FUERON LOS ESTADOS LOS QUE MONTARON, como servicio público, EL MERCADO."



Ciertamente no sé qué pensar. Viniendo de cualquier analfabeto narcotizado por años inhalando el vapor etílico de su alambique casero, o quien sabe si escuchadas en boca de algún ignorante en sobreexposición catódica a las matinée sabatinas del mandamucho, me habrían resultado hilarantes, incluso candorosas; sin embargo, saber que un supuesto académico, con cátedra universitaria en Ciencias Sociales, expele, sin ruborizarse, semejantes majaderías en la TV nacional, en horario de máxima audiencia, es causa, indiscutible, de reflujo intestinal severo no exento de náusea y flatulencia.

¿Siglos Atrás cuando se Inventó el Mercado? ¿A qué se refiere este infeliz? ¿En qué estudios se basa? ¿Qué demonios cree este secundario de folletín dominicano que es el “mercado”? Desde el mismo momento que el homo sapiens decidió intercambiar cualquier mercancía con otro ya existía mercado. Muchísimo antes de que existiera, siquiera, el concepto de Estado. Cuando los seres humanos no eran más que tribus desorganizadas casi desprovistas de lenguaje, el mercado existía. Afirmar que el mercado es una Creación PENSADA, peor DISEÑADA por los ESTADOS resulta, siendo generosos, PATÉTICO. Atribuir a esa teoría una supuesta autenticidad histórica es vivir encarcelado en el Ministerio de la Verdad Orwelliano.

Una cosa es defender el Estatismo como modelo político, otra, muy diferente, es llegar al extremo de querer hacernos creer que el Estado, como una especie de Dios Teocrático y benefactor, es el principio y fin de todo: el origen del bien, el supremo y divino hacedor.

Otorgarle la paternidad del Mercado al Estado, en mi opinión, puede tener tres explicaciones posibles:

Simple y llana Estupidez en fase terminal;

Alienación Intelectual propia de un mentecato lamesuelas en busca de honores haciendo mérito ante el jefe; ó

Formar parte de un Plan de Intoxicación Mental de la Ciudadanía urdido con el objetivo de perpetuar un sistema de poder tiránico reinventando el pasado (esta última suena demasiado a Conspiracy Theory de Serie B y resulta un tanto rebuscada, lo reconozco, pero, en los tiempos que corren, no queda otra que considerarla).

No es la primera vez, y me temo que no será la última, que tenga que explicar que “EL MERCADO” no es ninguna Institución, ni es un lugar, ni un club de pelucones, sino: la suma de los millones de transacciones comerciales realizadas LIBRE y VOLUNTARIAMENTE entre millones de seres humanos las 24 horas del día para satisfacer sus deseos y necesidades de tal forma que se obtenga un beneficio para todas las partes involucradas.

Que un Asambleísta que estará encargado de diseñar el marco regulatorio donde tendrán lugar parte de esas transacciones piense que es UN INVENTO de EL ESTADO causa pavor; que, además, ese asambleísta sea de los pocos con título universitario provoca una profunda tristeza rayana en la desesperación. Y luego me preguntarán por qué voto nulo…

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