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Debo reconocer que ese Fabricio Correa es un personaje que despierta mi simpatía. Cuando le entrevistan se le nota noblote y sencillón. Uno de esos tipos grandotes y bonachones, confiado y leal, algo así como el Indio Enorme aquel que defendía a Jack Nicholson en el "psiquiátrico psicópata" de One Flew Over the Cuckoo's Nest.
Es evidente que no tiene las luces ni la preparación de su hermano. Debe ser que la genética no entiende de socialismos igualitarios. Su discurso no es brillante, aunque se defiende dignamente en entrevistas periodísticas. Su verbo no es fácil pero tampoco austero. Se maneja campechano y solaz y no da imagen del ser perverso, sibilino y sinuoso que el mito progre ha querido vendernos de los empresarios. Es un padre preocupado de sus 5 hijos. Parece una buena persona y probablemente lo es.
Por eso resulta penoso que se meta en estos entuertos y su boca le lleve a callejones oscuros de complicada salida. ¿Cómo se puede declarar, suelto de huesos, que encargó a sus abogados "no aparecer para nada" en la compra de una compañía que iba a usar para hacer contratos con la "Cosa Pública"? ¿Con qué cara le dice al mundo que decidió revertir esa situación de "Cortina Panameña" cuando se enteró que Rafael no gustaba de ese modelo? ¿Acaso se enteró recién que su hermano se dedica al Socialismo del Siglo XXI? Según se conoce la Compañía fue adquirida recién el 31 de Octubre del 2008, tiempo más que suficiente para saber del activismo militante guevarista y deslenguado del líder de la Revolución Ciudadana. Fabricio debía ser el único Ecuatoriano en no enterarse. A otro perro con ese hueso Fabricio, no compro.
Tampoco parece muy convincente pensar que Rafael no supiera nada de esto. Es cierto que es un hombre ocupado que trabaja mucho y muy duro por PAIS, pero también sabemos, porque nos lo cuenta los días sábados, que es un hombre familiar que visita a su hermano y conversa con él con cierta frecuencia. Un hombre preocupado de acudir a la graduación de sus sobrinos en colegios pelucones, en fin, alguien capaz de diferenciar cuando a un padre de 5 hijos le va mal o bien en sus negocios, más si es su hermano.
Resulta curioso indagar sobre las circunstancias en que se vendió COSURCA: según diario Hoy, el ex diputado del PRIAN, Freddy Bravo (VIDEO CON ENTREVISTA A BRAVO), describe la adquisición de la siguiente manera:
"primero Rafael Correa asustó a los funcionarios de la empresa Cosurca, ellos fueron con la noticia donde los accionistas y les dijeron vendamos al hermano del presidente porque nos van a meter presos, por la carretera Tucumbatza -San Juan Bosco, que la declaran en forma unilateral la terminación del contrato". El resumen de Bravo es que "hicieron igualito con los bonos global de Patiño. Llaman a los empresarios, los amenazan a los accionistas y después le compran la empresa".
Hay que ver como se las gasta este Socialismo Revolucionario del Siglo XXI. Ni la Camorra Napolitana, ni la Mafia Siciliana, ni la Familia Corleone lo hubieran hecho mejor. Hay ofertas que no se pueden rechazar.
Y es que hay tanta obra que sería injusto que los próceres de la Revolución no recibieran una buena tajada del festín. ¿Qué perjuicio hay para el Estado? Ninguno, ¿cual va a haber? Las obras se hacen, PAIS se beneficia (con la buena imagen de resultados, no vayan a creer, malpensados, que me refiero a financiaciones off shore para ese partido, qué digo partido, ese coro de seres angelicales y desprendidos, llamado Alianza País) y el Ecuador también. Así que no podemos escandalizarnos al saber que, además, estas compras tan onerosas se hacen con un préstamo blandito de la Corporación Financiera Nacional que con tanto acierto dirige el ex gobernador Camilo Samán, ese Chamán de las finanzas que a buen seguro no dudó un instante al ver una solicitud que involucraba al hermano de su querido amigo presidente. Si las obras son buenas y hay torta para todos, ¿cómo negarse a financiar el crecimiento del patrimonio de un empresario tan Revolucionario?
Lo único feo es que esto se haya sabido mientras quedaban medios independientes, descontrolados. Unos mesecitos más y nunca nos habríamos enterado del altruismo que mueve a estos santos varones. Eso si que sería injusto, que tanto esfuerzo, tanto emprendimiento y capacidad se hubiera quedado en el anonimato y Fabricio no pudiera recibir el reconocimiento que se merece. Debemos ir pensando en una calle, un monumento, quizás una estatua ecuestre, caminando siempre en dirección a la izquierda, claro, alguna plaza, un aeropuerto, algún parque que lleve su nombre. Próceres de este calibre merecen homenajes ciudadanos. O mejor: aprovechar su innegable buen ojo para las finanzas, pasó de la quiebra técnica a comprar compañías millonarias y manejar contratos detrás de las cortinas, y ofrecerle un puesto destacado en la administración: quizás Ministro de Finanzas, para dar un merecido descanso a la Viteri y recuperar el estilo Patiño que tanto echamos en falta. Ay, no, eso no se puede, no vaya a ser que alguien pueda creer que la Revolución se está Agutierrizando. Mejor creemos el puesto de Ministro tras la Cortina, compremos un ministerio de papel en Bahamas, o mejor en Islas Caymán, donde los dueños de El Universo y todos tan contentos.