jueves, 29 de abril de 2010

BICENTENARIO


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Queridos Amigos y Enemigos de Ecuador Sin Censura,

A mediados de Julio del 2006, avizorando el panorama sombrío que el mediocre panel de candidatos presidenciales presentaba, intuí que se avecinaban malos tiempos para la libertad en el Ecuador. Con la osadía de la ilusión, el arrojo de la imprudencia y la audacia del ignorante, decidí compensar la previsible arremetida de los liberticidas por llegar, creando un espacio de Libertad virtual que bauticé con el nombre de Ecuador Sin Censura.

Al contrario de lo que elucubran mis detractores, que en más de una ocasión han querido alinearme con despojos políticos cuestionando mi cibersilencio en gobiernos anteriores, mis intenciones nunca fueron la crítica sectaria, ni el ataque personal al adversario político, y por eso, durante año y medio, mantuve en silencio la bitácora como un gesto de cortesía hacia las autoridades electas: Un plazo en favor del beneficio de la duda.

Es en junio del 2008, en reacción a unas indigeribles declaraciones de Correa desconociendo el resultado del referéndum autonomista, que no secesionista, del Departamento de Santa Cruz en Bolivia, que siento que llegó el momento de alzar mi voz en defensa de la Libertad.

Echando la vista atrás, las reclamaciones ante los episodios de Honduras y los exabruptos declaratorios de legitimidad política basada en las urnas, abofetean, hoy, el gesto grotesco de los tiranos que negaron legitimidad a los cruceños que respaldaron su Estatuto de Autonomía con el 85% (porcentaje jamás alcanzado por ningún sociolisto del siglo XXI en contienda electoral alguna).

''Nadie va a reconocer ese referéndum ilegal... he hablado con varios presidentes (de la región) y no vamos a permitir esta clase de actuaciones'', señaló Correa durante su programa radial sabatino.

Hipócritas.

Mucha agua ha corrido bajo este puente desde entonces. Cuando registré Ecuador Sin Censura en Blogalaxia, en Junio 2008, no llegaban a 800 los Blogs Ecuatorianos con presencia en ese directorio. Hoy son más de 1700. Sin embargo, ningún librepensador que aprecie la autoridad de la verdad puede afirmar, sin sonrojarse, que la Libertad de Expresión está en mejor situación que el día en que publiqué el primer post.

Desgraciadamente, no es un fenómeno aislado, circunscrito a nuestra realidad patria, o regional. Estamos sufriendo la peor arremetida de la horda liberticida de estatistas sin escrúpulos que ha contemplado el mundo desde la demolición del infame muro de Berlín.

Desde entonces, las izquierdas, incapaces de asumir la derrota que la historia, sostenida por la dignidad de millones de víctimas del socialismo, les infringió, se pusieron, con el encono de su habitual rencor y los recursos que exprimen a los creadores de riqueza, a dinamitar el curso de los hechos tergiversando la historia.

Su primera batallita ganada no tardó en llegar, asignando, en exclusiva, a Mijaíl Sergéyevich Gorbachov, el mérito del derrumbe soviético ignorando que las intenciones de Gorbachov pasaban por implantar una ligera apertura económica, sin libertades políticas, asumiendo un modelo similar al de la China actual; y que fue la firmeza de las presiones de la Presidencia de Ronald Reagan, la que terminó por desnudar las vergüenzas de un sistema quebrado que no tenía ni cómo alimentar a su población y tuvo que humillarse a solicitar trigo en donación a occidente.

Gorbachov, como todo gobernante socialista, recibió los méritos de los resultados que nunca buscó, por las acciones que se vio obligado a tomar y que estaban en el polo opuesto de las que pretendía imponer. La Academia Sueca, meretriz de muslos siempre abiertos a colaborar con el discurso socialistoide, aportó su purulento grano de arena al discurso estatista otorgando el mismo premio nobel que luego recibirían Al Gore y Obama, al líder soviético.

A partir de entonces, la ofensiva estatista, de izquierda y derecha, no ha desistido en su virulenta jihad antimercadista, erosionando las libertades individuales y falseando, con descaro, la realidad histórica desde los resortes del poder.

Particularmente delirantes resultan las acusaciones al Liberalismo o al Neoliberalismo por los males que el estatismo intervencionista, en todas sus versiones, ha sembrado en la geografía americana. En nuestro país, por ejemplo, donde nada se privatizó y todos los servicios públicos siguen en manos del Estado, las acusaciones a una supuesta "larga noche neoliberal", provocan carcajadas entre cualquier persona con un mínimo de memoria, ética y rigor histórico.

Sin embargo, por apatía, adoctrinamiento e adicción al populismo, la demagogia abonada en la falacia permanente, está cosechando el fruto de su persistencia. Los más reaccionarios y recalcitrantes promotores del status quo, los liberticidas más insidiosos, se presentan como candidatos "antisistema" prometiendo la refundación, el cambio y la revolución que invariablemente degeneran en nuevos, y más asfixiantes, dogales con los que sujetar el espíritu de libertad del ciudadano.

El tirano siempre asoma su patita blanqueada por el quicio de la puerta, impostando su voz, camuflageado con el ropaje de sus aparentemente nobles intenciones, pero su fétido discurso lleva la simiente parasitaria de su podredumbre.

No les molesta caer en la contradicción y, de cuando en vez, convencen a la mayoría que la sociedad es demasiado compleja como para dejar que se autogobierne con la fuerza del mercado. Qué es imprescindible que una élite de angelicales buenistas tomen decisiones cada vez más intrusivas en la vida de cada ciudadano, por el bien de éste último. Pero ¿si supuestamente no somos capaces de gobernarnos a nosotros mismos, por qué iba a salir de entre nosotros alguien capaz de gobernar a otros?

Gente que declara sin rubor que la sociedad es corrupta pero ellos, imagino que vacunados de origen, se salvan de la quema y permanecen impolutos, a dieta de cheques comestibles, supongo.

Rinocerontes que aseguran que la libertad de expresión se mejora encarcelando a gente que hace dedo a su desagradable caravana presidencial. Ineptos incapaces de mantener, por ejemplo, los presidios libres de presencia de estupefacientes, son los que aseguran tener la fórmula para solucionar nuestros problemas sociales. ¿Tan estúpidos nos creen?

Es entonces cuando nos idiotizan con la imagen del Estado como el padre de familia que vela por sus hijos y decide por el bien de éstos, cuando la analogía más cercana a la realidad parasitaria y corrupta del Estado es la de un padre maltratador, borracho y putero, que explota y vive a costilla de sus hijos y esposa, a los que somete con la amenaza y el uso de la violencia física, para seguir manteniendo sus vicios de cabeza de familia.

Fue Rafael Correa quien, en un discurso pronunciado con motivo del 187 Aniversario de la Batalla del Pichincha, nos recordaba que:

"En nuestras luchas independentistas, participaron hombres y mujeres insurrectos que jamás aceptaron la esclavitud, gente común, de a pie, los indios, los mestizos, los blancos, los mulatos, los cobrizos, los cholos, los negros, los variopintos, con un solo color libérrimo en el alma: la libertad; se organizaban, armaban la conciencia, velaban armas insurgentes."

Aprovechando esa cita, hoy, que publico mi post número 200, hoy, que mi bitácora se hace bicentenaria, reafirmo, más que nunca, mi compromiso con la cruzada antitotalitaria de Montalvo, la doctrina libertaria de Olmedo, y la herencia de libertad de las generaciones de luchadores que me precedieron, la buena gente anónima que no forma parte de los libros de historia; para recordarles que si hay algo peor que los falsos profetas del progreso, son los falsos Mesías Revolucionarios que aseguran que la vía hacia el progreso es el camino de la servidumbre de la cesión de nuestras libertades.

Recuerden siempre que somos los individuos los que sostenemos al Estado y no el Estado el que graciosamente nos concede libertades. Qué las Constituciones deben servir para limitar el poder del Estado, en lugar de limitar las libertades ciudadanas. Qué sólo los individuos son sujetos de derecho y que los derechos NO emanan del Estado.

Parafraseando a Howard Roarke:

"La preocupación del creador es la conquista de la naturaleza; la preocupación del parásito es la conquista del hombre.

El creador requiere independencia. No sirve ni gobierna. Se relaciona con otros con el intercambio libre y la elección voluntaria.

El parásito busca el poder. Quiere unir a todos los hombres en una acción colectiva, en una esclavitud común. Proclama que el hombre es sólo una herramienta para el uso de otros, que debe pensar como ellos piensan, actuar como ellos actúan y vivir en un triste y desprendido servilismo hacia cualquier necesidad excepto la propia.

Miren la historia: todo lo que tenemos, todo gran logro, vino del trabajo independiente de mentes independientes. Todo el horror y la destrucción provino de los intentos de convertir al hombre en una horda de robots descerebrados y sin alma, sin derechos personales, ambiciones personales, sin deseos, esperanza o dignidad."



A los adversarios políticos les confirmo que no reconozco más autoridad que la de mi conciencia, ni más límite que mi respeto por la libertad de mis semejantes.

Jamás someterán mi voluntad, ni doblegarán mi discurso.

Si sienten un aprecio sincero por los desfavorecidos, si sus intenciones son nobles y les mueve un sentimiento genuino de aprecio por los derechos humanos, abandonen la ideología inmoral del Estatismo y abracen la consigna de la libertad como único camino para la justicia y el progreso universal.

Amigos de Ecuador Sin Censura, cuenten con este espacio y mi compromiso: armemos nuestras conciencias velando nuestras armas insurgentes. La lucha por la libertad no admite descanso.

¡Venceremos!

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