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Aún conservaba fresca en mi retina la imagen de Alberto Acosta, el día de su cumpleaños, ataviado de sombero Charro, bailando ardorosamente con una Asambleísta de patria altiva y soberana, celebrando la aprobación de los textos constitucionales mientras, el corcho Cordero, desde prudente distancia, sonreía dando saltitos y palmas en alegre corrillo, junto a otros oficialistas. Casi podía escuchar los juveniles tonos de la banda sonora de Happy Days (Sunday, Monday Happy Days… lala, lala, lala, lá) mientras los alzamanos metededos (pues parece que esa era realmente la forma de votar: pulsando un botoncito con el dedo) mostraban su orgullo y algaravía por un trabajo bien hecho.
Eso fue, claro, antes de que el presidente, afanoso por incrementar su abultado listado de agravios, groserías e improperios, y viendo agotado su listado de enemigos de la revolución, apuntase las mirillas de su afilada lengua en la dirección de su propia casa, tildando, sin dar nombres eso si, de “infiltrados” a veinte de los leales. No contento con esta acusación, con el inconformismo propio de un niño caprichoso que siempre quiere salirse con la suya, y siguiendo esa costumbre tan correista de lanzar la piedra mientas esconde la mano, aprovecha la complicidad de radio Tropicana para asegurar que:
“Hay artículos que tienen fallas horrorosas que ya las hemos comunicado al Presidente de la Asamblea y se van a rectificar..." “… han puesto algunas barbaridades que tendrán que ser rectificadas…”.
¿Barbaridades? ¿fallas horrorosas? Juraría haber escuchado de boca del Presidente, y no hace tanto tiempo, que la constitución que saldría de Montecristi iba a ser de avanzada, una especie de locomotora imprescindible que, con su impulso, nos sacaría, más temprano que tarde, del subdesarrollo. En Kafkiana metamorfosis, esa locomotora se ha transformado en un carromato de lentos bueyes castrados arrastrándose pesadamente al chasquido del violento latigazo que impone Conan El Bárbaro.
¿Y cómo ha sido esto posible? ¿No había ganado, perdón BARRIDO, el oficialismo en la elección de Asambleístas? Que yo recuerde Alianza País, o Movimiento País, o Acuerdo Pais, Patria Altiva i Soberana, o como quiera que intenten denominar eufemísticamente a lo que en la práctica ha demostrado ser uno más de tantos PARTIDOS POLITICOS, tiene mayoría en la Asamblea. Ahora parece que aquellos candidatos, que al momento de elegirlos para llenar las listas, eran ejemplos vivos de gente buena, almas caritativas que no dudaban en sacrificar, diezmando de su propio peculio, el pan de sus hijos por financiar el PARTIDO, resultaron, en realidad, seres de incalculable vileza, capaces de venderse por un plato de menestra, fieros y crueles aliados de belcebú, bárbaros peludos a las puertas del imperio.
En lugar de enviarnos doctas eminencias a Montecristi, o, como secrétamente aspirábamos, gente noble de poco nivel pero cierto sentido común, parece que Correa eligió para sus filas hordas salvajes de bárbaros, infiltrados y chaqueteros.

Imagen de Constitución ágil y dinámica...
Intrigado por conocer cuales son las barbaridades atroces del nuevo texto constitucional, decidí hacerme con un ejemplar. En lugar de encontrarme con un elegante manuscrito, de ágil lectura y aplicación práctica, me topé con un pesado volumen, obeso y pringoso que sudaba excesos lingüisticos y padecía de articulosis múltiple. Mirarlo me recordaba a Java the Hut, aquella grotesca y adiposa criatura de El Retorno Del Jedi de la saga Star Wars. Si nos atreviéramos siquiera a abrirlo, quedaríamos paralizados en carbonita, como Han Solo, incapaces de progresar, por toda la eternidad. Sin duda, desde afuera, sin siquiera haber abierto la primera de sus páginas, ese amorfo compendio de dictados voluntariosos, ya merecía el calificativo de Bárbaro.
“No juzgues a un libro por su cubierta”, me dije, y aguantando la respiración para no olfatear el nauseabundo hedor que emanaba de los restos de placenta que el Sr. Alexis Mera, en su papel de inexperta comadrona del parto constitucional (tal y como lo describe magistralmente Jorge Vivanco en su columna del 24 de Julio en el Expreso) había olvidado retirar, procedí a leer el primero de sus artículos:
Art. 1.‐El Ecuador es un Estado constitucional, social y democrático de derechos y justicia, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada.
¿Estado “Social”? ¿Qué significa eso? ¿Acaso es posible uno “no social”? ¿No será que quisieron decir SOCIALISTA, pero luego les pareció un poco fuerte y, posiblemente, restante de votos? ¡Qué barbaridad!
Sigamos: ¿“democrático de DERECHOS”? Aquí debe haber un error: será de DERECHO, es decir, sujeto a leyes. ¿Qué es esto de “de derechos”? ¿Excluyente de los “izquierdos”? Lo de democrático da un poco igual sabiendo que Correa ha declarado que Cuba es un ejemplo de democracia, o que está en contra de la democracia excesiva, así que incluso sobra el adjetivo. ¿“Intercultural, plurinacional”? ¿Qué tontería es eso de la “interculturalidad”? ¿Por qué gastamos tinta en huecas obviedades? Ahora resulta que somos una “Nación de Naciones” una especie de Unión Europea a la criolla y en microcosmos. ¿Y cuáles son esas naciones? ¿Cómo se definen sus fronteras territoriales?¿Naciones con derecho a autodeterminación y legislación diferenciada? Ojo con este asunto de la plurinacionalidad que puede tener consecuencias impredecibles.
Lo de gobernar de forma “descentralizada”, lejos de significar un avance autonomista, ya nos dijo el presidente que consistía en hacer gabinetes itinerantes, en plan circense, montando una matiné cada sábado en un lugar diferente de nuestra geografía.
Me levanté del suelo con varias vértebras adoloridas tras haberme caído de espaldas, cual Condorito. Cuanta razón tiene Rafael, pensé: en verdad se dicen barbaridades en este ladrillo.
Para no alargar el cuento, les dejo que piensen en estas 5 por ejemplo:
Barbaridad 1: Decirse Descentralizador recentralizando competencias antes descentralizadas como Aeropuertos, Registro Civil, Puertos, o Agua Potable.
Barbaridad 2: Decirse descentralizador y para hacer efectiva la descentralización inventarse un “Sistema Nacional de Competencias” centralizado desde donde se asignarán las rentas. Curiosa , imaginativa y paradójica forma de descentralizar centralizando.
Barbaridad 3: Declararse defensor de los derechos ciudadanos y, al mismo tiempo, atentar contra el derecho a la propiedad privada, primordial del individuo, inventándose extraños conceptos de propiedad y supeditando todos ellos a una imaginativa y arbitraria función social.
Barbaridad 4: Declararse defensor del comercio justo y meter en el artículo 333 que “El Estado regulará, controlará e intervendrá, cuando sea necesario, en los intercambios y transacciones económicas”, o sea que mañana, si Ud. quiere comprarse un helado de chocolate, el Estado puede considerar necesario estimular la producción de Frutilla e intervenir bloqueando el momento que ud. le da al heladero los 50 centavos que le cuesta su postre.
Barbaridad 5: Declarar "anormal e indecente" al presidente electo democráticamente por el pueblo de Colombia, o definir a Cuba como una democracia, y ser incapaz de definir como Terrorista a una panda de asesinos desalmados que encadenan a un arbol, por 10 años, a un ser humano.
La constitución que parieron en Montecristi, Sr. Presidente, es bárbara porque lleva los barbáricos genes del padre que la concibió...
Nota: Link a interesantes comentarios del Asambleísta Pablo Lucio Paredes, votante del NO.