miércoles, 18 de marzo de 2009

JEFOCRACIA (Video)


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Hace no tanto tiempo, mi lindo Ecuador vivía convencido de ser propiedad de alguien. Los medios, los intelectuales, la gente informada y la no tanto, acostumbraron sus tímpanos a la célebre coletilla: “El Dueño del País” refiriéndose a un conocido personaje de la “derecha” política de nuestra Patria. Tan popular y arraigada estaba la frase, que un nuevo partido, de supuestas “izquierdas” la aprovechó en una suerte de psicología reversiva, convirtiéndola en su slogan de campaña: como la Patria tenía dueño, uno sólo, y ese era el gran mal del país, lo lógico era proponer que pasara a ser “de todos” para desatar el nudo gordiano, el cordón umbilical que nos ligaba al propietario y así convertirnos, al fin, en una República de Ciudadanos Libres.

Con ese discursito emotivo, innegable carisma y un elevadísimo y misterioso apoyo financiero, el hombre que encarnaba todos los anhelos de la población ecuatoriana (un intelectual joven, sin aparentes vínculos con la partidocracia, preparado en el extranjero pero con conciencia social, que hasta habla kechwa, todo completado con un punto curuchupa que encaja que ni hecho a medida, el esposo que toda suegra quiere para su hija), llegó al poder ejecutivo.

Monta un show de lo más aparatoso, rompe la Carta Magna para hacerse una a su medida aprovechando el apoyo popular y la bonanza económica que los precios del petróleo y no su gobierno, trajeron al Ecuador.

Una vez instalado, con todo a su favor, el 7 de Marzo, en su acostumbrada matinée sabatina, aunque ya las señales habían sido inequívocas para cualquiera que no estuviera ciego, el Economista Correa nos dice con toda claridad que él no sólo se considera jefe del Ejecutivo, sino de todo el Estado Ecuatoriano, incluyendo sus funciones (las tradicionales: legislativo, Judicial, Electoral, y las nuevas: Control Social, Participación Ciudadana, etc.), más todas las entidades de control (procuradurías, contraloría…). En realidad, cómo él mismo se ha cansado de repetir, el Estado somos todos los Ecuatorianos, por tanto, el Jefe del Estado, es el Jefe de todos. Eso de la separación de poderes, los contrapesos, aquello de que el Presidente es un simple empleado público, un mandado al servicio de los mandantes, todo aquel cuento de que la Patria ya era de todos no le sirve al mandamucho.

Ni República, ni monarquía sino todo lo contrario, se instauró la JEFOCRACIA, un régimen que, al parecer, se rige por los famosos 2 mandamientos del Jefe: 1.- El Jefe siempre tiene razón, 2.- En caso de no tenerla, aplíquese el mandamiento 1.

Y nos quejábamos del dueño…

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