jueves, 31 de julio de 2008

¿EDIPO CORREA?

Edipo y La Esfinge
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Estoy cansado de hacer posts sobre Correa. La abrumadora omnipresencia del personaje en los medios, la machacona campaña por convertir al Presidente en un producto de marketing, una marca vendible, me agota. En el buró saben que el producto vende, y quieren exprimirlo hasta la extenuación. De ahí la incansable tarea de Vinicio Alvarado intentando convencernos de que Rafa es una especie más de muñecón “Ken” en busca de barbie-votos, aderezado con dosis de icono pop beato que me aturde.

Por eso, hoy, en este post, no voy a hablar de él. He decidido que mis bloggeros merecen una dósis de cultura clásica. Hoy hablaremos del personaje más conocido de la trajedia griega: Edipo Rey (si, el del famoso complejo de amor por su madre, ese mismo).

No soy amigo de reproducir post ajenos, pero me ha impresionado enormemente el artículo de Marcos Aguinis, del Diario La Nación de Argentina, que postearon en el blog de El Independent. En él nos hace una descripción del conocido personaje de Sófocles. Saquen sus propias conclusiones.

"Edipo es un tirano que reúne en su personalidad y conducta todas las lacras. Desconoce la jerarquía y dignidad del prójimo debido a su narcisismo. Tiene tanto odio que enajena antiguos vínculos y hasta lazos de sangre. No ama ni le alcanza lo mucho que ya tiene. Lo asaltan accesos de furia. Grita fuerte e insulta, grosero. Su cabeza está nublada por una incesante paranoia, que no le da reposo. Es incapaz de escuchar los buenos consejos cuando se oponen a sus deseos o puntos de vista y considera enemigos detestables a quienes los formulan. "


"No soporta ninguna derrota. No admite errores. Su superyó es destructivo, por lo cual es impotente para comprender al otro que, si no se doblega, lo acusa de enemigo. Le hierve el anhelo de venganza contra quienes considera un obstáculo para sus ambiciones, aunque antes lo hayan servido como súbditos obedientes."



"La obra también revela que una tiranía puede instalarse por decisión popular. Edipo es elegido por los ciudadanos de Tebas. En este aspecto, no podemos sino redoblar nuestra admiración por Sófocles, que hace 2500 años nos advertía que los tiranos pueden acceder al poder con aplausos y felicidad comunitaria. Hitler fue elegido… Eso no garantiza que una vez en el trono, mantengan la ley y merezcan ser alabados como demócratas. No alcanza la elección: es determinante cómo se procede después. Si después corrompen las instituciones, persiguen a los que piensan diferente, generan confrontaciones para justificar los desquites y realizan una apropiación indebida del patrimonio ajeno, la presunta democracia pasa a ser una tiranía."



"El retumbante coro de la tragedia Edipo tirano exige conservar las leyes. Porque son las leyes lo primero que profana el tirano..."



"Es rencoroso. Ignora la piedad y el perdón, que considera signos de peligrosa debilidad o derrota. Jamás se pone en el lugar del prójimo, al que, en general, desprecia cuando no le sirve. Considera que merece que todo le pertenezca. Por eso se dedica a confiscar los bienes ajenos. Y no lo frena el pudor al mentir, en especial cuando asegura que ayuda a los pobres y débiles. Pero los pobres siguen siendo pobres, para constituir su ejército ciego, ignorante, que lo apoya para continuar atornillado en el poder.


Dice que gobierna para todos, pero es mentira, porque margina sin clemencia a quienes no bajan la cabeza ante él ni doblan la rodilla.
Le fallan las percepciones debido a la omnipotencia de su mente inmadura. Su soberbia requiere una reiterada convalidación por parte de los aduladores, que deben servirle halagos como si fuesen el pan de cada día. Es un negador tenaz de la realidad, a la que le impide que llegue a su retina. Por eso, Edipo termina arrancándose los ojos: ojos que se negaron a ver."




"Por eso los elegimos, por eso no les ponemos límites o incluso negamos que tengan rasgos ominosos. No denunciamos con fuerza sus defectos, sus vicios y abusos, sino que tendemos a racionalizarlos, a menudo por miedo o intereses egoístas. Franjas importantes -por motivos espurios, a veces; por obnubilación emotiva, otras- tienden a seguir confiando en que cumplirán sus promesas de brindarnos un país mejor y superarán el retroceso que padecemos en casi todos los órdenes. Dicen que son ellos quienes combatirán el dragón que nos chupa la riqueza, nos hace trampas, nos devasta. Sus promesas son altisonantes y aseguran reivindicaciones, ecuanimidad, progreso; aseguran ser lo mejor de la historia. Pero el progreso se reduce a engordar sus propios bolsillos y los del círculo de amigos incondicionales (que tienen la etiqueta de ese animal doméstico y dañino llamado adulador)."





"Los tiranos, una vez encaramados, sobre el paño verde de la ruleta nacional, barren como un crupier todas las fichas al alcance de su rastrillo. Se ocupan, desde el alba de su gestión, en destruir los controles y los frenos que puedan bloquear sus propósitos. Algunos son más prudentes y disimulados; otros se envalentonan hasta la náusea."


Cualquier semejanza con nuestra realidad nacional no es pura coincidencia, sino que queda a criterio del lector.

4 comentarios:

Gabo Arboleda dijo...

Hay un problema grave cuando no existen adecuados frenos al poder de las personas, las cuales tenemos toda clase de errores y pecados.

El caso minero ecuatoriano en el que me especializo tiene uno de esos problemas. La ley no es clara, no se respeta los procesos judiciales, se toman decisiones basados en la política y no en la ley y el derecho que debe prevalecer. Ecuador tiene mucho potencial minero pero no se lo explota debido a decisiones erróneas como cerrar las concesiones, y no es que realmente la minería a gran escala cause un impacto en el ambiente o las comunidades (a no ser que sea positivo). Toda actividad causa un impacto pero la ley debe pedir la reparación de daños que objetivamente puedan ser causados por la actividad productiva.

Para eso son las leyes y las constituciones, para controlar al gobierno y para controlar los daños que las personas se hacen. Me temo que ni uno ni otro objetivo prevalezcan en la nueva constitución.

Anónimo dijo...

No sé si es mi impresión o Correa cumple con todas las características de un tirano; pero en un país tan difícil, no será esa la actitud correcta? recordemos lo que le pasó a Acosta, por ser pacífico y tolerante lo "hicieron a un lado", si no; hubieramos terminado dicha constitución?

Libertario dijo...

Es muy bueno el artículo de Aguinis, la verdad en Carondelet entra con las justas el ego de Correa. Creo que en este país no necesitamos mas de un caudillo que acapare todo el poder sino de reglas claras de juego y deseos de trabajar. La riqueza esta en el trabajo no en el Estado.

La gente lastimosamente cree que Correa es un ungido, enviado del cielo, un forista en elcomercio.com lo llega a llamar "Rafael Corazón de Jesús".

Pobres la desilusión que se van a llevar.

Unknown dijo...

Juan Montalvo y Libertario chapó por vuestras opiniones aunque en el caso de J. Montalvo esta vez se ha salido (ha sido excepcional) la manera de aunque pausiblemente dejar bastante claro la realidad del actual presidente Ecuatoriano...lamentablemnete como bien se dice: esta vez "EL ENGAÑO Y LA MENTIRA" se visten con "piel de cordero" y vaya que los ecuatorianos creo yo, jamás aprenderemos de nuestros errores....y este pese a quién le pese o guste es uno más de tantos errores del tan vapuleado y maltrecho "PUEBLO ECUATORIANO"..!!!

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