¿A donde mira el Presi?
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Se notaba nerviosismo en el interior del despacho presidencial. Las noticias transmitidas por Alexis desde Ciudad Alfaro no eran buenas. Ha pasado la media noche, y no sólo no se han terminado los debates: ni siquiera hay preámbulo constitucional.
Mientras observaban la soporífera retransmisión del pleno de la Asamblea, en directo por Ecuador TV, los ojos enrojecidos de ira contenida del Number One asustan al reducido grupo de number twos, threes y algún four que forman el buró.
“¿Cómo es esto posible? ¡Estamos quedando como el Cul...beeep! ¡¿Qué hacen esos caraever...beep?, ¿por qué no terminan ya?! ¡Ricardo!: ¿no les mandaste los textos que nos envió Roberto Viciano desde España?”
“Tranquilo Presidente, no te alteres.” Vinicio se acercó con una tacita humeante de agüita de manzanilla. “Ya le hemos pasado la consigna al Corcho con la solución: Si esto termina a las 10 de la mañana, pues les damos hasta el 24 a las 10 para leer los textos antes de la última votación. Así seguimos cumpliendo con los plazos que nos pusimos.”
Rafael arqueó su ceja izquierda y apretando los labios en gesto torcido, miró de reojo a Vinicio y esbozó una ligera sonrisa. “Menos mal que estás en todo, primo Vini. ¿Se dan cuenta, compañeritos?” –increpó al resto de los miembros del buró que aún contenían la respiración- “Esto es lo que necesito. Gente creativa que aporte soluciones. No puedo hacerlo todo yo sólo.”
Los buróCRATAS soltaron la tensión que les atenazaba en un bufido casi simultáneo. “Claro, Presidente, estamos en ello” dijo uno, “No te preocupes, yo ya había pensado en algo parecido”, mintió en voz alta otro.
“Ya, ya… Vinicio: dile a tu hermano que venga que quiero ir preparando la cadena radial de mañana.”
“Enlace, Presidente, enlace…”
“Eso, eso: Enlace. Qué venga con el lápiz afilado, que tengo algo en mente que deseo depurar…”
Y llegó el enlace y nos enteramos todos: en la bancada de Acuerdo País hay INFILTRADOS.
¿Infiltrados? En mi inocencia pensé que, de tanto alzar la mano al ritmo vertiginoso del corcho, algún patriota asambleísta se había lesionado en la maratónica última sesión y, al estilo de los futbolistas que aman la camiseta y deciden, aun a riesgo de provocar lesiones más graves, jugar “infiltrados” antes que perderse una final, alguno de ellos habría recibido este tratamiento de choque para no abandonar su curul en estos cruciales momentos.
El presidente siguió: son como 20…
¿Veinte? ¿tantos lesionados? Pues sí que es grave. Ya lo habíamos avisado, sin la adecuada preparación aeróbica iba a ser complicadísimo aguantar el ritmo. Que les den un par de refriegas de ungüento y todo arreglado. Serán quejicas… Pues va a resultar que no era eso. Que son infiltrados de otro tipo. Como en la película de Scorsesse, ataviados a lo DiCaprio, chaquetillas de cuero de Quisapincha y toda la parafernalia, el presidente ha detectado que veinte de los, hasta ahora, considerados leales, son en realidad, enemigos de la Revolución.
El ringtone de Macho, Macho Man con el que había intentado inspirarse para votar a favor del matrimonio gay sonó insistente en el celular de uno de los asambleístas del oficialismo.
“¿Has oído al Presi?” increpó una voz.
“Si hermano. ¿Tú crees que hable de nosotros?”
“De mi imposible, yo soy leal, inquebrantable. “
“¿Pero, no votaste a favor de lo del ketchwa?”
“¿No era esa la posición oficial?”
“No estoy seguro.”
“¿Y lo del orgasmo? ¿Qué votaste tu en eso?”
“Pero, ¿Eso fue a votación?”
“No sé. Llevo un mes que no recuerdo nada. Creo que tanto café me está afectando.”
“¿Y quién serán esos 20?”
“Te tengo que dejar, tengo otra llamada en espera, creo que es Rosanna.”
“Ni se te ocurra responder, acuérdate que Ricardo y el Busta lo graban todo y esa está en la lista fijo con la Dianita.”
“Llevas razón. Mejor me hago el loco. Si averiguas algo más me avisas. No puedo más: llevo con el mismo calzoncillo desde hace 3 días. Ya parece una segunda piel.”
“Qué me vas a contar a mí, compañero, qué me vas a contar.”
Todo este rollo de los infiltrados resulta demasiado familiar. Se dio en casi todas las autocracias totalitarias que, a lo largo de la historia, se han intentado implantar en el mundo. Cada una con sus particularidades más o menos violentas, pero en todas, inevitablemente, la megalomanía del líder siempre termina viendo traidores en sus filas. Suelen ser, además, objeto de las peores venganzas y revanchas. Si hay algo que el totalitario no admite es ver como un sujeto que creyó afín, fiel a sus dictados, un depositario de su confianza y anhelos, se vira un solo ápice o no hace los sacrificios que exige la Revolución.
Los ejemplos son innumerables: desde los tiempos del imperio romano, pasando por el nazismo alemán, el fascismo italiano, el franquismo en España, las checas stalinistas, los salvajismos camboyanos, los terribles ejemplos caribeños de Haití o Cuba, y los escalofriantes casos cono-sudistas.
Se notaba nerviosismo en el interior del despacho presidencial. Las noticias transmitidas por Alexis desde Ciudad Alfaro no eran buenas. Ha pasado la media noche, y no sólo no se han terminado los debates: ni siquiera hay preámbulo constitucional.
Mientras observaban la soporífera retransmisión del pleno de la Asamblea, en directo por Ecuador TV, los ojos enrojecidos de ira contenida del Number One asustan al reducido grupo de number twos, threes y algún four que forman el buró.
“¿Cómo es esto posible? ¡Estamos quedando como el Cul...beeep! ¡¿Qué hacen esos caraever...beep?, ¿por qué no terminan ya?! ¡Ricardo!: ¿no les mandaste los textos que nos envió Roberto Viciano desde España?”
“Tranquilo Presidente, no te alteres.” Vinicio se acercó con una tacita humeante de agüita de manzanilla. “Ya le hemos pasado la consigna al Corcho con la solución: Si esto termina a las 10 de la mañana, pues les damos hasta el 24 a las 10 para leer los textos antes de la última votación. Así seguimos cumpliendo con los plazos que nos pusimos.”
Rafael arqueó su ceja izquierda y apretando los labios en gesto torcido, miró de reojo a Vinicio y esbozó una ligera sonrisa. “Menos mal que estás en todo, primo Vini. ¿Se dan cuenta, compañeritos?” –increpó al resto de los miembros del buró que aún contenían la respiración- “Esto es lo que necesito. Gente creativa que aporte soluciones. No puedo hacerlo todo yo sólo.”
Los buróCRATAS soltaron la tensión que les atenazaba en un bufido casi simultáneo. “Claro, Presidente, estamos en ello” dijo uno, “No te preocupes, yo ya había pensado en algo parecido”, mintió en voz alta otro.
“Ya, ya… Vinicio: dile a tu hermano que venga que quiero ir preparando la cadena radial de mañana.”
“Enlace, Presidente, enlace…”
“Eso, eso: Enlace. Qué venga con el lápiz afilado, que tengo algo en mente que deseo depurar…”
Y llegó el enlace y nos enteramos todos: en la bancada de Acuerdo País hay INFILTRADOS.
¿Infiltrados? En mi inocencia pensé que, de tanto alzar la mano al ritmo vertiginoso del corcho, algún patriota asambleísta se había lesionado en la maratónica última sesión y, al estilo de los futbolistas que aman la camiseta y deciden, aun a riesgo de provocar lesiones más graves, jugar “infiltrados” antes que perderse una final, alguno de ellos habría recibido este tratamiento de choque para no abandonar su curul en estos cruciales momentos.
El presidente siguió: son como 20…
¿Veinte? ¿tantos lesionados? Pues sí que es grave. Ya lo habíamos avisado, sin la adecuada preparación aeróbica iba a ser complicadísimo aguantar el ritmo. Que les den un par de refriegas de ungüento y todo arreglado. Serán quejicas… Pues va a resultar que no era eso. Que son infiltrados de otro tipo. Como en la película de Scorsesse, ataviados a lo DiCaprio, chaquetillas de cuero de Quisapincha y toda la parafernalia, el presidente ha detectado que veinte de los, hasta ahora, considerados leales, son en realidad, enemigos de la Revolución.
El ringtone de Macho, Macho Man con el que había intentado inspirarse para votar a favor del matrimonio gay sonó insistente en el celular de uno de los asambleístas del oficialismo.
“¿Has oído al Presi?” increpó una voz.
“Si hermano. ¿Tú crees que hable de nosotros?”
“De mi imposible, yo soy leal, inquebrantable. “
“¿Pero, no votaste a favor de lo del ketchwa?”
“¿No era esa la posición oficial?”
“No estoy seguro.”
“¿Y lo del orgasmo? ¿Qué votaste tu en eso?”
“Pero, ¿Eso fue a votación?”
“No sé. Llevo un mes que no recuerdo nada. Creo que tanto café me está afectando.”
“¿Y quién serán esos 20?”
“Te tengo que dejar, tengo otra llamada en espera, creo que es Rosanna.”
“Ni se te ocurra responder, acuérdate que Ricardo y el Busta lo graban todo y esa está en la lista fijo con la Dianita.”
“Llevas razón. Mejor me hago el loco. Si averiguas algo más me avisas. No puedo más: llevo con el mismo calzoncillo desde hace 3 días. Ya parece una segunda piel.”
“Qué me vas a contar a mí, compañero, qué me vas a contar.”
Todo este rollo de los infiltrados resulta demasiado familiar. Se dio en casi todas las autocracias totalitarias que, a lo largo de la historia, se han intentado implantar en el mundo. Cada una con sus particularidades más o menos violentas, pero en todas, inevitablemente, la megalomanía del líder siempre termina viendo traidores en sus filas. Suelen ser, además, objeto de las peores venganzas y revanchas. Si hay algo que el totalitario no admite es ver como un sujeto que creyó afín, fiel a sus dictados, un depositario de su confianza y anhelos, se vira un solo ápice o no hace los sacrificios que exige la Revolución.
Los ejemplos son innumerables: desde los tiempos del imperio romano, pasando por el nazismo alemán, el fascismo italiano, el franquismo en España, las checas stalinistas, los salvajismos camboyanos, los terribles ejemplos caribeños de Haití o Cuba, y los escalofriantes casos cono-sudistas.
Los ejemplos más atroces se dieron en África, con monstruosidades como las de Idí Amín (tan magistralmente enfocadas en El Ultimo Rey de Escocia), o el actual y vergonzoso caso de Robert Mugabe (siniestro personaje con quien Chávez no duda en abrazarse sin pudor alguno).
No creo que en este caso se llegue a tanto, pero existe verdadero temor en las filas Aliancistas, donde ya empiezan a señalarse unos a otros con el dedo y circulan tanto listas de posibles candidatos al cadalso, como listas Schindler para la salvación de los arrepentidos.
Lo más extraño de todo es que el Presidente Correa se reserve dar los nombres de los INFILTRADOS hasta el momento de la victoria del Sí. ¿Por qué no dar los nombres ahora? Sin duda quiere aprovechar los últimos esfuerzos de los 20 infames en la campaña que se avecina. Soltando la amenaza ahora, todos querrán demostrar que ellos no son los perversos infiltrados dando hasta la última gota de sangre en la campaña. Además, como viene siendo habitual en el Presidente, la calculadora electoral indica claramente que un acto autoritario de defenestración de leales tendría serios efectos negativos en el electorado indeciso, o incluso en el voto aborregado de cierto sector de la clase media que, hasta ahora, se ha mantenido cegado por el brillo de la elocuencia del Presidente y se niega a creer que tras las manos limpias y los corazones ardorosos, se oculte la suciedad de una agenda hacia la implantación del totalitarismo castro chavista en Ecuador. ¿De qué otra manera se podría explicar la espera hasta después de la victoria? Cuanto cinismo.
Postdata: ¿Se atreve el avispado lector del blog, a esbozar los nombres de algunos de los asambleistas infiltrados? A ver si entre todos acertamos con los 20.
13 comentarios:
Que buen post! hahahaha
No creo que los "traidores" pasen de 5, pues los aborregaron bien antes de ponerlos donde están.
Todo esto es una estrategia para que el pueblo encuentre drama cada vez que escucha la palabra revolución.
Están simplemente locos.
YO VOTARE NO!
No Sólo eso, amigo melquisidec,
Cabe preguntarse: ¿Quién elaboró las listas de Asambleístas? ¿No fueron el propio Presi y su afamado Buró? ¿Les hipnotizaron para meter avezados quintacolumnistas que erosionaran desde dentro el sólido bloque oficialista?
Esta gente sólo se mira el ombligo, lleno, por cierto, de grasientas pelotitas de pelusilla, y, como no admiten un apice de critica, asi esta no proceda de la oposicion o los periodistas, nunca admitirán sus errores y equivocaciones. Lo siguiente será acusarles de agentes de la CIA, como hizo Chávez en Venezuela con los cientos de miles de estudiantes que se manifestaban en su contra.
Gracias por tu comentario.
Ecuador sin censura: Quisieramos que nos contactes. Nuestro mail lo vas a encontrar en nuestro blog, http://elchavezecuatoriano.blogspot.com
Vamos a poner un link permanente tuyo en nuestro blog, esperamos una cortesia igual
El chavez ecuatoriano
Juan Montalvo no te iría nada mal en el papel de escritor de telenovelas de esas que pasan por TC tienes una imaginación única, me he reído como nunca leyendo este post.
Al parecer eres uno de los infiltrados, por eso sabes lo que piensa "su majestad", parece que eres la sobra de PAIS.
Saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Angel.
Intento hacer entretenidos estos temas para que, al menos, me quede el derecho a reirme un rato y así eliminar ese regusto amargón que me deja perder la esperanza en un futuro mejor. Me alegro que te haya gustado.
Un abrazo fraterno.
Para cada camarada Stalin hay un Trotsky que pague los platos rotos, el curita va por ese camino.
Por que les llama alzamanos a los asambleistas. Que yo sepa lo que han estado haciendo es apretar un botonsito asi que nos han estado metiendo el dedo... hahhhhaahahahha
Con tu permiso, amigo anonimo, creo que a partir de ahora rebautizaré a los alzamanos como los metededos... Muy bueno. La próxima vez identifíquese para poder recibir el crédito que merece.
Gracias y bienvenido a Ecuador Sin Censura
Bueno, derechoso y todo tienes mucha gracias. Ta bueno el afiche, jajajaj! Te felicito. Sobretodo para donde está mirando Correa, jajaja!!
Muchas gracias por el comentario, amigo anónimo,
Si por derechoso te refieres a que soy de la idea de que el Estado cuanto más pequeño, mejor, soy derechoso, pero prefiero el término Liberal, por aquyello de que me gusta decidir por mi mismo y no que el Estado me cuente que es lo mejor para mi y, además, me lo imponga.
Bienvenido a Ecusdor Sin Censura. Mañana por la tarde habrá nuevo post... No faltes.
hay que ver lo mal que typeo a partir de que horas...
Hasta mañana a todos.
LUCIO GUTIEREEZ
QUE BUENA NOTA, QUIEN SERA EL INTELIGENTE QUE ESCRIBIO LA NOVELA LOS INFILTRADOS? SE NOTA QUE ES SABIO Y HONESTO COMO MI PERSONA.
TODOS CON LUCIO, VOTA "NO"
FIRMA LUCIO, GILMAR Y NAPOLEON VILLA
Hey, Lucio, qué bueno qué viniste. No hay duda de que eres un tipo inteligente y bacán. Saludos al Napo (la provincia y a tu primo, claro). Gracias por la visita.
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